El cafeto: la planta del café. Estructura y condiciones de crecimiento

Desde luego, las variedades de grano y el tueste del café que son cuestiones básicas a la hora de escoger un café u otro. Sin embargo, hoy desde Cafés El Magnífico queremos viajar al principio y explicarte todo sobre el cafeto o la planta del café.

Se trata de una planta estacional cuyos periodos de floración, crecimiento y cosecha están determinados por las estaciones. Su estructura desde la raíz hasta las ramas es robusta para ofrecer un fruto o cereza que es la joya de la corona.

Hoy vamos a repasar todas las partes del cafeto o planta del café. Hablaremos de sus raíces, sus ramas, sus flores y de su fruto. Además, repasaremos esas condiciones medioambiental que influyen directamente en el cultivo del cafetal y en la calidad del fruto.

El objetivo es que conozcas dónde y cómo crece el cafeto que acaba dando ese café de especialidad que tienes en la taza. Empezamos.

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Raíz y tronco del cafeto

El cafeto es un arbusto de hoja perenne y está constituido por la raíz principal que puede tener 50 cm o más de profundidad. De ella se originan las raíces secundarias que ejercen la función de anclaje y las raíces terciarias de las que emergen las raicillas (cabellera) que sirven a la planta para la absorción de agua y nutrientes.

El desarrollo radicular del cafeto es muy importante para su crecimiento, producción y longevidad. Por esa razón, desde la etapa del semillero es importante lograr una raíz principal bien formada para obtener un excelente crecimiento en el campo.

El tronco del cafeto o planta del café tiene yemas de las que salen dos tipos de ramas: los hijos o ramas verticales y las ramas productoras horizontales o “bandolas “. Las hojas nacen en la parte terminal del tallo y en las bandolas y su función principal está asociada a la fotosíntesis y la fotorespiración. Ambos procesos son indispensables para regular la actividad productiva.

 

La flor y la polinización

El inicio y crecimiento de la flor está influenciado por la luz solar, el agua y la temperatura. Para que las yemas, situadas en los nudos de las bandolas se conviertan en flores han de ser estimuladas por hormonas que produce la planta. Y para producir las necesarias se precisa de días cortos y noches largas. Las flores blancas del cafeto desprenden un fuerte olor de jazmín y duran unos tres días. El espectáculo de un cafetal en flor es un recuerdo magnifico e imborrable.

 

El fruto

Después de la polinización las bayas se desarrollan. Han pasado de 6 a 9 meses desde la floración. El fruto tiene un crecimiento lento al principio. Primero desarrolla los lóculos (pergamino) donde se alojará la semilla que llenará después. El tamaño de los lóculos y por tanto de las semillas depende de las lluvias en el periodo de su formación.

El fruto crece rápidamente cuando inicia su maduración y reclama una gran cantidad de nutrientes de la planta para engrosar la pulpa, que es la reserva alimenticia de la semilla, y los mucilagos (mieles).

Esta drupa, que llamamos cereza por su parecido a esta, ha cambiado paulatinamente de color a medida que ha madurado. Así pues, ha pasado de un verde oscuro a amarillo hasta alcanzar un color rojo profundo en el punto justo de maduración. (En algunos varietales este color es el amarillo. Ej. Bourbon Amarillo).

Estas cerezas están formadas por:

  • esa cascara roja o amarilla
  • una pulpa dulce y gelatinosa
  • una membrana llamada pergamino de color amarillo pálido y de consistencia dura y frágil
  • una finísima membrana llamada piel de plata más fina que la anterior y adherida al grano y dos semillas.

El aborto de una de estas semillas debido a una mayor exposición solar o hídrica origina la formación de un solo grano, redondo, que recibe el nombre de caracol o caracolillo y que en las plantas de arábica representa aproximadamente un 10% de la producción del árbol.

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LAS CONDICIONES MEDIOAMBIENTALES DEL CAFETAL

El cafetal está compuesto por las plantas de café, los árboles de sombra, otras plantas y animales que viven en él y por la familia del caficultor y sus colaboradores. Forman parte del cafetal el suelo, los manantiales, ríos y el agua traída por las lluvias.

Establecer un cafetal consiste en plantar cafetos en un área potencial o en áreas donde se haya eliminado o perdido. Para ello se requiere integrar condiciones agroecológicas  y recursos técnicos de forma que se tengan en consideración varias cuestiones. Así pues, se atienden factores climáticos, topográficos y otros estudiados por prestigiosos agrónomos y universidades.

Varios elementos influencian las características físicas, organolépticas y bioquímicas del café. Entre estos aspectos: altitud, suelo, sombra, varietal, productividad y procesamiento son los más importantes.

De las condiciones agroecológicas es necesario prestar especial atención a las condiciones físicas  del suelo como la profundidad, textura estructura, topografía y pedregosidad. También las condiciones químicas tales como el contenido de materia orgánica – no menos del 2%, de nutrientes y pH – entre 5 y 6.

Para el caficultor es muy importante que sus cafetos le den una buena producción por lo que estos deben estar bien nutridos. Un exceso de potasio y calcio en el suelo produce una bebida dura y amarga (van der Vossen, 2009).

 

Árboles forestales y de sombra

Las raíces de los árboles forestales y de sombra en el cafetal penetran en las capas profundas del suelo aireándolas y haciendo que estos sean más permeables. La caída constante de hojas y ramas (materia orgánica) alimenta a las lombrices y otros habitantes pequeños del suelo.

Su actividad reconstituye el suelo, lo hace más poroso y granular. Son ellos los que incorporan la materia orgánica dándole  más profundidad y fértil. El estiércol y la cobertura del suelo lo benefician proveyendo nutrientes en descomposición. A su vez, se reducen las fluctuaciones de la corteza del suelo y se incrementa y conserva su humedad. De igual forma, se potencia la actividad de los microorganismos, se controla la erosión del suelo y se ayuda a suprimir las malas hierbas.

 

El suelo del cafeto o planta del café

Los suelos que no pueden nutrir al cafeto en las cantidades que este necesita de una forma equilibrada precisan de la utilización de fertilizantes. Así se logra que los cafetos tengan un crecimiento sano y una buena productividad. Lo que debe usarse, en que cantidad y el tiempo de aplicación depende del grado de acidez o alcalinidad (pH) de ese suelo de la productividad y de las demás prácticas de cultivo.

 

Temperaturas óptimas para el cafeto

Temperaturas medias anuales entre 18°C y 22°C son las más favorables al cafeto de la especie Arábica aunque debe tomarse en consideración mínimas y máximas.

Mínimas porque el cafeto es poco tolerante a temperaturas bajas no debiendo ser plantado en zonas sujetas a heladas. Temperaturas bajas durante el periodo invernal retrasarán la maduración y acortarán el desarrollo del botón floral.

Máximas porque donde las temperaturas sean muy altas durante largos periodos de tiempo los perjuicios causados en la producción serán grandes. La razón es que los botones florales abortan produciéndose pocos frutos.

Además la planta será menos eficiente en la fotosíntesis ya que no absorberá CO2.Los cafetos que crecen bajo sombra y en un suelo con humedad adecuada son capaces de aguantar las temperaturas extremas durante más tiempo.

 

Lluvia y agua

Para el cafeto no solo es importante la cantidad de  lluvia recibida sino también su distribución durante los diferentes meses del año. Una cantidad de lluvia adecuada, 1200 a 1800 mm/año, es esencial para el crecimiento vegetativo de la planta. También para una buena floración y para un adecuado desarrollo de los frutos.

La lluvia recibida entre 20 y 30 días después de la floración será provechosa para maximizar la cantidad de fruta en las ramas. Cuando el número de días de lluvia es muy alto y las precipitaciones están bien repartidas el crecimiento de la cosecha del año siguiente será muy buena.

Sin embargo, un largo periodo de sequía perjudica el buen desarrollo de la planta y las obliga a competir entre ellas por el agua disponible. Un periodo seco antes de la floración es bueno porque concentra la apertura de flores y la cosecha posterior.

La época de lluvias es muy importante para las fincas cafetaleras ya que activan los manantiales y se rellenan los estanques, lagos y embalses. Las áreas con tendencia a tener precipitaciones que excedan los 2500 mm tienen la tendencia a producir cafés de baja calidad. La razón es  la maduración irregular y a un pobre nivel de secado después del proceso de beneficiado. En los años con sequía, el árbol produce una gran cantidad de granos vanos lo que dará como resultado un licor con notas inmaduras y astringentes.

 

La luz y el crecimiento del cafeto o la planta del café

También la calidad y cantidad de luz es importante ya que el cafeto es muy sensible a la luz. Esta tiene que ver con la eficiencia de la fotosíntesis en las hojas.

Mucha luz brillante puede saturar y detener los procesos de fotosíntesis. Demasiada sombra reduce la calidad de la luz y también la fotosíntesis es escasa. Las horas de sol que mejor aprovecha un cafeto son las de la mañana y la que menos la vertical del medio día.

Cuando se aumenta la cantidad de plantas por hectárea y se cultivan variedades de porte pequeño con follaje más denso el cultivo produce una autosombra que regula la luz. Esta mayor cantidad de plantas cubre mejor el suelo con sus ramas evitando que el suelo se caliente con la luz directa del sol y lo protege del salpique de la lluvia.

 

El viento

Los vientos suaves de 5 a 15 Km/ hora favorecen el microclima de los cafetales. Sin embargo, los superiores a 15 Km/hora provocan daños en hojas, ramas y tallos del cafeto o planta del café. Además, también favorecen la caída de frutos y pérdida de humedad del suelo. Con todo ello, estos problemas se acentúan cuando los vientos fuertes se presentan al tiempo que temperaturas bajas. Entonces se produce un efecto similar a una helada conocida en Brasil como “geada de vento”. Para contrarrestar estos efectos negativos el caficultor construye cortinas rompevientos. Esa es una práctica importante en cafetales de alta y media altura. La estructura son hileras de especies vegetales de tipo arbustivo, sembradas de tal forma que intercepten perpendicularmente los vientos fuertes y dominantes.

 

La altitud del cafetal

Decazy et al,  2003 demostraron en un estudio realizado para los cafés de calidad en Honduras la fuerte relación inversa entre lluvias y contenido en grasas en el grano. Además, concluyeron que esa relación tiene que ser considerada teniendo en cuenta la altitud. Cafés de altitud tienen un mayor contenido en grasas que los de bajura y dan mejor calidad de taza.

La altitud tiende a tener un efecto positivo en la acidez al tiempo que reduce el amargor. Las pendientes de la montaña que miran al este tienen calidades de bebida superior probablemente por exposición al sol de la mañana. (Avelino et al, 2005)