México Samaria López
Anualmente, en estas fechas navideñas, seleccionamos pequeños lotes excepcionales, producidos por extraordinarios caficultores.
Este 2025 encontrarás variedades SL28, Pink Bourbon, Geisha y Bourbon Honey.
Reserva ahora tu café y sé de los primeros en disfrutarlo. Los envíos se realizarán el 1 de diciembre.
Cafeólogo
Cafeólogo es la iniciativa de Jesús Salazar, un proyecto que busca transformar el café en una experiencia completa, donde la calidad sensorial va de la mano con un profundo compromiso ético.
Su enfoque combina ciencia, filosofía, arte y hospitalidad, creando un puente entre productores, consumidores a través de la cultura cafetera. Jesús se formó en medicina y filosofía, lo que le permite abordar el café con rigor técnico y una visión humana y reflexiva.
El propósito de Cafeólogo es ofrecer tazas de café excepcionales, cuidando cada etapa: desde la planta y el proceso agrícola hasta la preparación y el disfrute final, siempre bajo principios de sostenibilidad y respeto a las personas. Trabaja con diferentes fincas para poder dar a conocer sus cafés alrededor del mundo.
Más que un café, es un espacio de diálogo y encuentro alrededor de la pasión compartida por esta bebida.
“Tuve la gran suerte de conocer a Jesús Salazar en un momento clave de mi vida profesional. Él fue mi juez líder en mi primer Cup of Excellence en Costa Rica 2023. Jesús, fue el mejor juez líder que yo pudiera haber imaginado porque su gran conocimiento y capacidad de transmitir me enseñaron mucho. A parte de ser un excelente catador, es un ser humano extraordinario con el que podría estar horas filosofando de café, cultura y de la vida” Nos cuenta Claudia Sans, jefa de control de calidad de Cafés el Magnífico.
La Finca
Antes de ser cafetalera, Samaria López siempre ha sido campesina. Ella y su familia han vivido de la milpa, cultivando maíz, frijol, calabaza, aguacate criollo, zapote, chiles y muchas otras plantas, como lo han hecho sus ancestros desde hace generaciones. El café llegó después, integrándose a este sistema diverso y profundamente enraizado en la tradición mesoamericana.
Gracias a estudios recientes, Samaria descubrió que sus plantas no son Bourbon, como le dijeron sus padres, ni Garnica, como pensaban sus vecinos, sino Catimor. Aunque la noticia la sorprendió al inicio, en realidad no cambió nada: sus cafetales siguen siendo los mismos que conoce y trabaja con esmero cada día.
Samaria representa la fuerza y continuidad de una tradición agrícola que trasciende el café mismo. Su finca no solo produce granos, sino que mantiene vivo un modo de vida comunitario y sostenible, donde cada cultivo es parte de un tejido ancestral que conecta la tierra, la cultura y la identidad.
Beneficio
Una vez, las cerezas son recolectadas en su punto óptimo de maduración se transportan a un beneficio húmedo para procesar el lote. Las cerezas se llevan a la despulpadora y se les retira la piel y la pulpa. Seguidamente se pasa a los tanques de fermentación en este caso sin agua, durante 24 horas para retirar el mucílago.
Después, se lleva a los patios de secado durante 7 días. Pasados estos días, cuando el grano ya alcanzado un 11% de humedad se retiran de los patios de secado para su reposo y envío a la trilladora.
Origen
Como en la mayor parte de Mesoamérica, en México se sembró café por primera vez durante los primeros tiempos de la colonia, muy probablemente a fines del siglo XVIII. Sin embargo, debido a la mayor atención prestada a los ricos depósitos minerales y oportunidades mineras de la región, el café no se desarrolló como industria hasta más adelante, especialmente a fines del siglo XIX y principios del XX, con la redistribución de las fincas, la independencia y la aparición de los pequeños agricultores, específicamente los de origen indígena. A fines del siglo XX, el gobierno mexicano estableció una institución cafetera nacional llamada INMECAFE, que, como la FNC en Colombia y el ICAFE en Costa Rica, se desarrolló para ofrecer asistencia técnica, información y material botánico y créditos financieros a los productores.
Desafortunadamente, INMECAFE fue algo así como un experimento de corta duración, y se disolvió en 1989, dejando a los productores con un vacío en su acceso a apoyo y recursos, especialmente aquellos en áreas rurales muy remotas. Esta interrupción de la infraestructura y la crisis del café que siguió al final del Acuerdo Internacional del Café hundieron a los caficultores de México en tiempos financieros desesperados, lo que a su vez afectó dramáticamente la calidad. A lo largo de la década de 1990 y desde principios del siglo XXI, una mayor presencia, influencia y enfoque de las certificaciones Comercio Justo y Fairtrade y el énfasis de la organización cooperativa de pequeños agricultores dirigida democráticamente han trabajado para transformar la imagen del café mexicano en una que refleja sostenibilidad, asequibilidad y logística relativamente fácil, considerando su proximidad a los Estados Unidos.
En los últimos años, México ha luchado poderosamente con la roya de la hoja de café y otros patógenos que han reducido tanto el rendimiento como la calidad de la taza. Esto, combinado con la enorme rotación de la propiedad de la tierra y la pérdida de mano de obra a la emigración y la reubicación ha creado un futuro tentativo para el país productor, aunque hemos visto grandes copas y grandes promesas de productores y asociaciones de calidad. Los mejores vasos son fantásticos, y valen la pena el trabajo y la inversión a largo plazo para tratar de superar los obstáculos que enfrenta el agricultor promedio, que posee entre 1-5 hectáreas. (Aunque algunas de las fincas de tamaño medio se ejecutarán más cerca de 25 hectáreas) lo que ayuda a compensar la escasez de precipitaciones de la zona. La sombra es especialmente densa para proteger a los cafetos de las heladas ocasionales de la región.
22 € – 88 €
Este producto estará disponible 01/12/2025. Envío gratuito a partir de 40€ de compra. (Península y Baleares)