Guatemala La Mora
La Finca
Eduardo Pablo Lorenzo es el primero en su familia que cultiva café. Tiene una pequeña finca situada en San Antonio Huista, Huehuetenango. Antes de empezar con el cultivo de café, hace 15 años, se mudó a EEUU para trabajar y ganar el suficiente dinero que le permitiera comprarse un terreno. Al volver, pudo cumplir ese sueño y año tras año va expandiendo las hectáreas de la finca.
Todas las personas que trabajan en la finca son locales debido a que, Eduardo y su familia creen que lo mejor es trabajar en comunidad y cuidarse entre todos.
Tanto Eduardo como su familia hablan el dialecto local indígena Mam, de origen Maya.
Beneficio
Antes de la época de cosecha, Eduardo se asegura que los patios y tanques de fermentación estén bien limpios para no contaminar los cafés durante la época de cosecha. Eduardo es muy meticuloso y también evalúa el estado de la finca, los árboles y la estación de lavado cuando se acaba la cosecha.
El proceso de este café es lavado. Las cerezas son recogidas en su punto óptimo de maduración y para ello, Eduardo es muy cuidadoso formando a los recolectores para que aprendan cual es el momento óptimo para recoger las cerezas. Después del despulpado, los granos se llevan a los tanques de fermentación durante 36 horas. Una vez, pasado este tiempo se les pasa agua limpia y se vuelven a dejar en remojo durante 12 horas para que la capa de mucílago quede totalmente despegada del grano. Para finalizar, se pone el café a secar en patios durante 6 días.
Una vez el grano llega a un 11% de humedad se separa por lotes y se deja reposar hasta su envío a las trilladoras.
Origen
Mientras el café llegaba a Guatemala a fines del siglo XVIII, como ocurre con gran parte de las colonias de América Central y del Sur, su cultivo empezó a ganar fuerza en la década de 1860, con la llegada de inmigrantes europeos alentados por el gobierno guatemalteco a establecer plantaciones.
Las semillas y los esquejes de café se distribuyeron como un estímulo, ya que la principal cosecha de exportación del país (índigo) había fracasado recientemente, dejando a la población algo desesperada para encontrar un reemplazo agrícola. A fines del siglo XIX, Guatemala exportaba más de 140 toneladas de café al año. Hasta 2011, se encontraba entre los cinco mayores productores de café del mundo, aunque en los últimos años ha sido superado por Honduras.
Un gran porcentaje de la población de Guatemala, y por lo tanto también el sector cafetero, se identifica con uno de los más de 20 grupos indígenas reconocidos oficialmente y la mayoría de los agricultores son pequeños caficultores que trabajan independientemente entre sí, o formalmente afiliados en asociaciones cooperativas.
En 1960, los cafetaleros desarrollaron su propio sindicato, que desde entonces se ha convertido en el instituto nacional de café Anacafé (Asosiación Nacional del Café), un centro de investigación, agente de mercadeo y organización financiera que ofrece préstamos y ofrece apoyo a los productores de las distintas regiones.
12,50 € – 50 €
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