Café
  • Ruanda Fugi - El Magnífico
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Ruanda Fugi

Estación de lavado

Un grupo de jóvenes fundó la Estación de Lavado de Fugi tras ver el éxito que tenían sus padres y vecinos con el cultivo del café. Emmanuel Rutasira (fundadora de Baho Coffee) les dijo a estos jóvenes que pidieran a sus padres una porción de tierra para administrarla y con ello, comenzó un programa especial para jóvenes agricultores en Nyarunguru.
Emmanuel les proporcionó semillas gratis para iniciar sus propias fincas de café y después de 3 años comenzaron a entregar sus cerezas a la estación de lavado de Fugi. El grupo está compuesto por 37 agricultores que tienen alrededor de 30 años.

Baho Coffee, compró esta estación en el año 2016 y desde entonces, ha estado trabajando con los caficultores mano a mano para enseñarles buenas prácticas agrícolas para producir la mejor calidad de café en taza posible. El nombre Fugi toma el nombre de la colina en la que se encuentra.

Baho Coffee

Rusatira Emmanuel es la fundadora y propietaria de Baho Coffee. Lo hizo en 2013 después de una larga carrera en el sector del café que comenzó como gerente de una estación de lavado. En la actualidad, Baho Coffee supervisa cuatro estaciones de lavado en toda Ruanda.
Además de brindar una serie de servicios educativos, financieros y agrícolas a los agricultores, Baho Coffee también tiene varios programas sociales orientados a ayudar a los agricultores, especialmente a los grupos marginados como las mujeres, los agricultores de mayor edad y los jóvenes.
Rusatira, quien se vio personalmente afectada por el genocidio de Ruanda en 1994, se centra en ayudar a las mujeres porque comprende de primera mano que muchas familias perdieron a muchos miembros varones durante el genocidio. Como consecuencia, explica Rusatira, muchas familias ruandesas están encabezadas por mujeres.

Beneficio

Las cerezas se recogen en el punto óptimo de maduración y se llevan a la Estación de Lavado de Fugi. Para llevar a cabo un doble control, los trabajadores de Fugi vuelven a clasificar las cerezas más maduras para que sean procesadas.
Una vez pasado este proceso, las cerezas se despulpan en una despulpadora Mackinon antes de fermentar en seco durante 12 horas. Una vez finalizado este proceso, el café en pergamino se remoja durante 8 horas en agua limpia para asegurar la eliminación completa del mucílago antes de lavarlo a través de canales de clasificación.
Cabe destacar que, todas las estaciones de Baho emplean su propio sistema de clasificación ampliado para separar los granos en diferentes calidades y tamaños. La mayoría de las estaciones ofrecen tres tamaños de granos: A, B y C, siendo A el más grande y de mayor calidad. En las estaciones de Baho Coffee, el grado A se divide en tres grados y el grado B en dos grados separados, mientras que C sigue siendo un solo grado.
Después de la clasificación, el pergamino se transfiere a uno de los dos refugios de secado en la estación de Fugi. Las zonas de secado cubiertas brindan sombra y le dan al café la oportunidad de reposar mientras los empleados de la estación clasifican el pergamino húmedo y eliminan los granos defectuosos. Poco después, el pergamino se traslada a las parihuelas elevadas de secado para que se seque bajo la luz solar directa. Cuando la temperatura sube demasiado, los granos se cubren con láminas para que no deje de entrar calor del todo. En total, el secado del pergamino completamente lavado en Fugi tarda aproximadamente entre 33 y 40 días.

Origen

Introducido en 1904 por misioneros alemanes, el café en Ruanda tiene una historia importante. Allí, el clima, la altitud y la preeminencia de la variedad Bourbon le otorgan unas cualidades en taza inigualables.

A principio de la década de los 90 era su producto de exportación más lucrativo: salían del país unas 45 mil toneladas que daban sustento a muchísimos pequeños agricultores. En 1994, un tremendo genocidio acabó con las vidas de casi un millón de personas y destruyó la economía de Ruanda al eliminar gran parte del conocimiento especializado necesario para cultivar y exportar con éxito.
Hoy, este país produce menos de la mitad de café que exportó en 1990. Sin embargo, pese a los trágicos acontecimientos que han sacudido su historia reciente, Ruanda conserva su enorme potencial en el sector del café.

Con el fin de reconstruir las instituciones agrícolas, la capacidad de producción y el capital humano, se ha diseñado en el año 2000 el Plan de Ayuda PEARL (The Partnership for Enhancing Agriculture in Rwanda through Linkages). Así, los pequeños caficultores pueden vender directamente a los expertos compradores de estos cafés especiales recibiendo altos precios por su excepcional producto.

Hoy aproximadamente 420.000 personas están relacionadas directa o indirectamente a la industria del café. Los precios del café de calidad son más estables que los precios del café comercial, con lo cual se ha mejorado la calidad de vida de muchos caficultores y sus familias. Además, el café también aporta a la reconciliación de las etnias principales: Hutus y Tutsis; ya que los hemos visto trabajando juntos, hombro con hombro, para producir más y mejor café.

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